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Litos geométricos del Complejo Huentelauquén en el Limarí


Los litos elaborados por grupos cazadores pescadores recolectores del litoral del norte semiárido hace más de 8000 años, dan señas de sus actividades ceremoniales y su modo de habitar el espacio.

El médico Guillermo Durruty y el primer director del Museo del Limarí Julio Broussain recopilaron estas piezas a mediados del siglo XX, período en que al igual que otros pioneros de la arqueología en Chile se centraron en la recolección de objetos y definición de cronologías culturales.

El levantamiento de información contextual y asociaciones espaciales en los asentamientos se introdujo años más tarde a la disciplina, por lo que sobre el origen de esta colección sólo se sabe que sus piezas provienen de distintos sectores de Coquimbo, como Cabrera en Río Hurtado, las Haciendas Zorrilla y Pachinga en el Limarí, y de Tongoy.

El complejo Huentelauquén se caracterizó a partir del sitio homónimo ubicado al norte del río Choapa a principios de los '60, donde el arqueólogo Jorge Iribarren asoció los litos a grupos de cazadores costeros.

Iribarren describió estas figuras como "implementos de piedra semiplanos de forma geométrica, que incluyen la figura de tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho hasta el polígono de múltiples lados" (1961: 5).

Desde su descubrimiento a fines de la década de 1950, se han reseñado encuentros de estas piezas en:

  • Ovalle, Guanaqueros, Pan de Azúcar y Carrizalillo (Iribarren, 1961)
  • Hacia mediados de los '70 al norte de Antofagasta (Llagostera, 1979)
  • Hacia los '80 en Tongoy, Pachingo, Olivarera Cerrillos, quebradas de Talhuén, La Leona y El Ingenio en los alrededores de Ovalle, quebradas de Bulrreme y Cachaco en el valle de Hurtado (Castillo, 1981)
  • A fines de los 90 en los sitios El Obispo 1 y Los Médanos 2 en la costa de Atacama (Cervellino et al., 2000)
  • Al norte de Taltal (Salazar et al., 2013)
  • Numerosos hallazgos aislados y locaciones en el semiárido.

Investigaciones sistemáticas en el árido como semiárido en los últimos 30 años profundizaron el conocimiento sobre el complejo, generaron modelos sobre sus períodos y patrones de asentamiento, y lo vincularon a grupos que vivían de la caza, pesca y recolección desde Antofagasta hasta Pichidangui entre el 10000 al 6000 a.C.

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